- Una travesía culinaria y exploratoria donde el fuego, productos locales y alta cocina se unieron en las aguas del extremo sur de Chile.
El pasado viernes, el Estrecho de Magallanes fue escenario de un hito gastronómico nunca antes visto en Chile: una comida de alta gastronomía de 8 tiempos, montada en plena navegación, donde fuego, productos locales y paisaje patagónico dieron forma a una experiencia inédita que reunió alrededor de 50 comensales en uno de los pasos marítimos más emblemáticos del mundo.
El Restaurant AIMA, de Punta Arenas y la agencia de turismo Solo Expediciones, hicieron
posible la Primera Cena en la Historia del Estrecho de Magallanes, un cruce entre
gastronomía, territorio y aventura que convirtió por una noche al catamarán Magallanes 500 en un restaurante de alto nivel, en movimiento.

Desde el zarpe, la escena recordaba a una expedición contemporánea: copas tintineando
mientras la embarcación seguía una ruta que alguna vez surcaron navegantes legendarios,
franjas de luz reflejándose en la costa y el atardecer inolvidable de Magallanes, como un
recordatorio permanente del lugar en que todo sucedía.
En la cocina flotante, el chef Fabrizio Aciares y el equipo de AIMA, diseñaron un menú
pensado para dialogar con el paisaje. Productos magallánicos, brasas activas y aromas
ahumados viajaron desde la costa hacia el lugar donde los océanos se encuentran,
convirtiendo cada plato en un momento digno de observación: centolla fresca en una
preparación espectacular; carnes Magallánicas como guanaco y liebre servidas bajo
el vuelo de aves marinas; y los Bagualitos, plato emblemático de Aima que consiste en
bocados de mar y tierra presentados sobre una copa, que se transformaron en la foto
obligada de la noche.
“Para nosotros fue un sueño hecho realidad: ver a nuestro equipo, trabajando en
conjunto con la tripulación de Solo Expediciones, llevando nuestro concepto de
frescura radical al Estrecho de Magallanes, fue realmente un momento inolvidable”,
destacó Martín Perdomo, socio de AIMA, enfatizando que la experiencia reflejó el ADN de
conexión del restaurante.

Con más de 25 años de trayectoria explorando el extremo sur, Solo Expediciones sumó su
sello aventurero. El recorrido permitió observar el Estrecho en una versión íntima:
formaciones costeras iluminadas por los últimos rayos del día, fauna marina apareciendo
casi en cámara lenta y una imagen inolvidable al avanzar: Fuerte Bulnes encendido en la
distancia, acompañando silenciosamente la travesía.
“Esta experiencia representó nuestro espíritu pionero y retrata la unión perfecta entre
aventura y gastronomía. Navegar por el Estrecho de Magallanes mientras se disfruta de la
cocina de AIMA es mostrar la Patagonia desde un lugar íntimo y memorable”, agrega
Alejandro Solo de Zaldívar, fundador de Solo Expediciones.
La experiencia trascendió la idea de una cena tradicional y abrió una nueva forma de
recorrer el territorio: descubrir la Patagonia desde el sabor, el movimiento y un paisaje
que cambia plato a plato, ola a ola. Un hito gastronómico que abre la puerta a futuras
experiencias donde el fuego, el mar y el patrimonio conviven en un mismo relato.


